Pero el principal culpable del aplazamiento de la tercera sesión de entrenamiento no fue el clima, sino el motor de un auto de Fórmula 2, operado por Ralph Boschung. El motor lanzó el alma unas vueltas antes del final de la carrera, derramando una buena cantidad de aceite en la pista, que fue utilizada por los responsables con una carpeta.
Fue el aglutinante lo que dificultó el trabajo de los corredores de Fórmula 1, ya que el caso es extremadamente resbaladizo en combinación con el asfalto. Afortunadamente, no ha habido viajes fuera de la pista hasta ahora, pero al conducir, lograron sacar algo de carpeta, por lo que la situación es mejor ahora.