El DeLorean DMC-12 es un vehículo icónico, no solo por sus puertas de ala de gaviota, sino también por ser el coche principal de la película "Regreso al Futuro". Incluso después de 40 años, el DMC-12 conserva su aspecto futurista con su carrocería de acero inoxidable.
No es de extrañar que la empresa energética E.ON lo utilizara como atracción en la IAA Mobility 2025. Un DeLorean rojo, con los colores de la compañía, nos llamó la atención en el vestíbulo de la entrada oeste de la Messe München. Al observarlo con más atención, vimos su transmisión: sin compensador de flujo, sin Mr. Fu, sin motor original de seis cilindros, sino eléctrico.




Técnicamente, el DMC-12 estándar con motor V6 de 2,8 litros de Peugeot-Renault-Volvo (PRV) no era muy espectacular. Sus 132 CV contrastaban con su diseño futurista y su peso en vacío de 1.268 kilogramos, y su rendimiento de conducción no cumplía con las expectativas. Once segundos de aceleración a 100 km/h para casi 75.000 km/h. Precisamente por eso, el DMC-12 resulta interesante para las conversiones actuales, especialmente con propulsión eléctrica.
Ya en la década de 1990, los inventores comenzaron a experimentar con motores de corriente continua (CC) y baterías de plomo-ácido. La idea cobró impulso en 2011, cuando DeLorean Motor Company de Texas presentó su prototipo eléctrico. En aquel momento, anunciaron unos 260 caballos de fuerza y una autonomía de entre 160 y 320 kilómetros, pero la producción en serie nunca se materializó.
Desde entonces, el DMC-12 se ha electrificado principalmente en talleres especializados y proyectos privados. La base es casi siempre la moderna tecnología de iones de litio, a menudo combinada con componentes de propulsión de Tesla. La conversión implica retirar el motor V6, instalar un motor eléctrico y colocar las baterías en la parte delantera o en el compartimento del motor. Para implementar este concepto, es necesario adaptar la electrónica, la refrigeración y el chasis.




Los resultados son impresionantes: se han desarrollado varios proyectos en el Reino Unido y Estados Unidos con potencias de entre 150 y 400 kW, equiparando el antaño lento deportivo con los coches eléctricos modernos. Ya se han subastado ejemplares individuales, a menudo con una autonomía de unos 150 kilómetros; no mucho, pero suficiente para un coche de exhibición con estatus icónico.
La producción en serie del DMC-12 eléctrico sigue siendo un sueño por ahora. Ningún fabricante ha anunciado oficialmente un modelo adecuado. Por lo tanto, para los entusiastas, la única opción es una costosa adaptación. Quienes decidan dar este paso deberán prever costes superiores a los 50.000 euros, además del precio del vehículo. Así, el DeLorean eléctrico sigue siendo lo que siempre ha sido en la película: un símbolo de visiones del futuro. Solo que esta vez no se trata de viajes en el tiempo, sino de un salto a la electromovilidad.


