La compañía está reduciendo la inversión en el desarrollo de vehículos eléctricos y anuncia un nuevo sistema de propulsión híbrido SkyActiv-Z, que se utilizará en el modelo CX-5.
Mazda ha anunciado un cambio estratégico en sus planes de electrificación y ha reducido las inversiones previstas en vehículos eléctricos en 3,3 millones de dólares. La empresa se esforzará por adoptar un enfoque de múltiples soluciones que equilibre los vehículos eléctricos de batería (BEV), los híbridos y los modelos con motor de combustión interna (ICE). El nuevo sistema de propulsión SkyActiv-Z, que debutará en configuración híbrida en la próxima generación del CX-5 (probablemente en 2027), será un elemento clave de esta estrategia.
La reducción de la inversión es posible gracias a las alianzas con empresas como Changan, Toyota, Denso y BluE Nexus. Mazda también utilizará líneas de producción flexibles que pueden ensamblar modelos con motor eléctrico y de combustión, reduciendo significativamente los costos de producción. Para 2027, planean estrenar un vehículo eléctrico que será fruto de un desarrollo propio y estará completamente separado de los proyectos conjuntos, y será alimentado por baterías de Panasonic Energy Corporation.

La familia de motores SkyActiv-Z de Mazda, diseñada para una alta eficiencia de combustible y cumplimiento de estrictos estándares de emisiones como Euro 7, debutará en el modelo híbrido CX-5 de próxima generación. Esta tecnología también se utilizará en motores rotativos y de seis cilindros en línea, agilizando la gama de motores de Mazda. El objetivo de la empresa es equilibrar la gestión empresarial eficiente con el desarrollo de tecnologías sostenibles y la adaptación adecuada a las demandas del mercado.


