En el Salón del Automóvil de Ginebra de 2000, Italdesign presentó su interpretación del sedán de lujo: el Maserati Buran. Después de que el equipo de diseño liderado por Giorgetto Giugiaro rechazara la idea de una carrocería coupé y SUV (que se puso de moda en esos años), se centraron en desarrollar una berlina de alta gama en forma de monovolumen, ergo furgoneta.
Sin embargo, Buran no convenció del todo a la dirección de Maserati, por lo que en 2003 se presentó la quinta serie del Quattroporte, diseñado por Pininfarina. El Maserati Buran, que lleva el nombre del viento que sopla en Siberia (el cohete espacial soviético también recibió su nombre), tiene unas dimensiones imponentes. Con una longitud de cinco metros, una anchura de casi dos metros y una altura de 1,63 metros, promete amplitud de limusina gracias a una forma de carrocería que recuerda a algunos observadores al posterior Renault Vel Satis.
El objetivo de Giugiaro es desarrollar un coche de lujo que combine seguridad y robustez y satisfaga las necesidades de quienes utilizan el coche tanto para el trabajo como para el tiempo libre en familia. "No queríamos proponer un SUV convencional", recuerda el número uno de Italdesign, "ni un SUV clásico. Sin embargo, después de darnos cuenta de que lo mejor sería una fórmula de vehículo alto, desarrollamos un concepto original".
A diferencia del resto de la carrocería, el frontal es realmente cuadrado: la icónica parrilla del radiador es casi rectangular, al igual que la abertura inferior del parachoques, que alberga las tres tomas de aire. Los faros pequeños constan de dos elementos, uno de los cuales sigue la forma del parachoques delantero y luego se expande hacia la cintura, terminando en grandes faros verticales.
Desarrollado para América
El Maserati Buran resulta especialmente interesante por las soluciones utilizadas para mejorar la funcionalidad del interior. En lugar de las puertas clásicas, en la parte trasera hay dos grandes puertas correderas (por supuesto, eléctricas) que facilitan la entrada y salida del caballo de desfile. El acceso al maletero es posible a través de una trampilla, también de accionamiento eléctrico, en la que la luneta trasera no está integrada y que se eleva verticalmente: De esta forma, los pasajeros de las plazas traseras (o sillones) no quedan expuestos al exterior. aire con bajas temperaturas o mal tiempo.
En el interior, los materiales son de primerísima calidad, y bajo el capó se esconde un potente motor longitudinal de ocho cilindros y 3,2 litros con una potencia de 370 CV (tracción a las cuatro ruedas). Un último dato importante: el Buran, que fue diseñado y desarrollado en Italia en el Centro Stile Moncalieri, fue ensamblado en una fábrica estadounidense en California, ya que estaba destinado a conquistar el mercado americano, que suele favorecer a los coches especialmente grandes.
Punto ampliado de esa época 😉